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sosteniendo manos de un niño

Ansiedad: Todo lo que necesitas saber y cómo aprender a controlarla

La ansiedad ha pasado de ser una denominada ‘’pandemia silenciosa’’ a convertirse en uno de los términos más escuchados cuando hablamos de salud mental, y es que es una de las afecciones que más afecta a la salud de las personas. Tan solo en España 1 de cada 10 personas mayores de 15 años presenta síntomas compatibles con ella. Esta se caracteriza por producir un descontrol emocional intenso que puede prolongarse durante minutos, incluso horas. Las personas que la padecen presentan síntomas físicos y emocionales que pueden llegar a repercutir en sus actividades diarias.

Lo cierto es que cada vez más jóvenes se ven expuestos a esta enfermedad durante su adolescencia y parte de juventud. Aprender a controlar la ansiedad y sus respectivas crisis es importante, pero lo es aún más ser conscientes de qué situaciones la desencadenan, es decir, realizar un viaje de autoconocimiento. Cuando nos encontramos ante una situación angustiosa que se escapa de nuestro control, lo ideal es pedir ayuda a familiares, amigos y sobre todo, a profesionales de la salud mental, que serán los que nos puedan brindar las mejores herramientas para hacerle frente.


En este artículo te ayudaremos a comprender qué es la ansiedad, sus tipos, los síntomas y proporcionaremos herramientas que te ayudarán a sentirte mejor frente a una crisis de ansiedad.

¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?

La ansiedad es una respuesta del organismo que se caracteriza por manifestar sensaciones de preocupación, miedo y angustia. Esta emoción no se muestra con la misma intensidad, pudiendo llegar a entorpecer excesivamente el día a día de las personas que la experimentan. Del mismo modo que sucede con la intensidad también ocurre con las causas, que son de todo tipo, pero generalmente pueden deberse a motivos emocionales, físicos e incluso a hechos del pasado que aún en el presente tienen consecuencias sobre nosotros. 

Es habitual no diferenciar el término ansiedad del estrés, el estrés alude a situaciones, mientras que la ansiedad a la respuesta que nuestro cuerpo tiene frente a ciertas situaciones.  En el día a día es normal experimentar cierto grado de ‘’ansiedad’’ ante situaciones que se escapan de nuestro control: exámenes, entrevistas de trabajo, nuevas responsabilidades o toma de decisiones importantes. El problema comienza cuando nos anticipamos a estas situaciones, o cuando estas continúan aun después de que la situación de alerta o estrés se haya desvanecido, pudiendo derivar en un trastorno de ansiedad.

Cuando detectemos cualquier síntoma que nos puede estar produciendo ansiedad, debemos buscar a profesionales que nos den herramientas y nos ayuden a mejorar.  De esta forma podremos gestionar mejor la ansiedad, controlar las situaciones y mejorar nuestra calidad de vida.

LOS 7 TIPOS DE ANSIEDAD MÁS COMUNES QUE PODEMOS EXPERIMENTAR 

Es fundamental conocer los tipos de ansiedad para poder identificar las situaciones que las desencadenan. Existen diversos tipos: ataques de ansiedad, ataques de pánico, fobias, trastornos de ansiedad generalizados, trastorno de estrés postraumático y trastornos obsesivos compulsivos. A continuación, presentamos sus características fundamentales.

Ataques de ansiedad o Crisis de ansiedad 

Los ataques de ansiedad son situaciones de gran nivel de pánico que tienen una duración determinada, desde minutos a horas. Normalmente se manifiestan tras estar expuestos a estímulos estresantes, pero en ocasiones la respuesta de nuestro organismo es desproporcionada. Las crisis de ansiedad se caracterizan por una sintomatología muy similar a la que se experimenta durante un infarto: palpitaciones, sensación de ahogo, opresión en el pecho, sentir una angustia intensa, sudoración, temblores, náuseas, mareos, sensación de hormigueo…

Trastorno de pánico

La sintomatología de los ataques de pánico o trastornos es muy similar a la que se experimenta durante una crisis de ansiedad. La única diferencia reside en el número, una persona que padece un trastorno de pánico puede experimentar crisis de ansiedad más repetidas en el tiempo .

Fobias

Existen muchos tipos de fobias, pero estas pueden clasificarse en tres tipologías generales: fobias sociales, fobias específicas y agorafobia o fobia a los espacios públicos abiertos. Las personas que la experimentan presentan un miedo muy intenso ante objetos, animales, lugares y situaciones específicas. Ante tales estímulos la persona vive síntomas muy parecidos a los que se pueden experimentar durante una crisis de ansiedad. 

Trastorno de ansiedad generalizada

Este es quizás unos de los tipos de ansiedad más severos, ya que presenta serias dificultades de control, pudiendo llegar a cronificarse, es decir, se hace crónico. Se caracteriza por una manifestación casi diaria de situaciones de ansiedad y preocupación. Este trastorno repercute con gran intensidad en la vida profesional y personal de quienes la padecen, condicionando la concentración, la relajación, el sueño y el estado de ánimo.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

El trastorno de estrés postraumático es desencadenado tras haber experimentado una situación traumática. Este puede manifestarse al poco tiempo de experimentar el evento o mucho más tarde. Se caracteriza por sensaciones de angustia, pesadillas continuas que reviven el momento, recuerdos constantes, evitación de situaciones, sensación de alerta, ataques de ira, trastornos del sueño y pensamientos que se escapan del control de los individuos. Al igual que ocurre con el trastorno de ansiedad generalizado, el TEPT afecta a la calidad de vida de los pacientes interfiriendo en su día a día con un gran impacto.

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

Este trastorno produce patrones de pensamiento y miedos de carácter obsesivo, provocando comportamientos repetitivos que alivian la sensación de estrés producida por las obsesiones. Este tipo de trastorno puede llegar a ser muy limitante obligando a los individuos a realizar actos que no desean y aumentando así, sus niveles de ansiedad.

Si en algún momento sientes que padeces o has padecido alguno de estos tipos de ansiedad, debes ponerte en manos de profesionales, serán siempre ellos los indicados para guiarte en el proceso de recuperación.

SÍNTOMAS DE LA ANSIEDAD

La ansiedad se manifiesta en el cuerpo humano mediante diversas señales.  Generalmente suelen darse con más fuerza cuando nos encontramos ante situaciones de gran nivel de estrés, pero las preocupaciones futuras constantes y vivir un hecho traumático  también la desencadenan. Los síntomas pueden ocurrir de una manera muy diversa, pero generalmente son comportamentales, psicológicos y físicos.

  • Síntomas comportamentales:  La persona que experimenta ansiedad generalmente tiende a aislarse, limitando sus relaciones sociales. Se caracterizan por presentar un estado de ánimo irritable, un gran bloqueo, intranquilidad motora y gran agitación.
  • Síntomas físicos: sudoraciones, gran sensación de opresión en el pecho, falta de aire, palpitaciones, hormigueo, cansancio intenso, tensión muscular, insomnio, mareos e incluso desmayos, entre otros.
  • Síntomas psicológicos:  Sensación de miedo intensa, pensamiento de carácter obsesivo y catastrofista, preocupaciones constantes y dificultades de concentración.

Estos son solo algunos de los síntomas más comunes, pero suelen variar en función de cada individuo, su etapa vital y su entorno.

¿QUÉ PUEDO HACER SI ESTOY SUFRIENDO UN ATAQUE DE ANSIEDAD?

Si sufres ataques de ansiedad con frecuencia, debes acudir a tu médico para que pueda derivarte al especialista. Con él trabajarás técnicas de  identificación y control que te ayudarán a sobrellevar mejor esos ataques. 

Durante el tiempo que se experimenta un ataque de ansiedad, se debe intentar mantener el control, pero esto puede llegar a resultar muy complejo. Aquí te presentamos algunos tips que son útiles para controlar mejor los momentos de ansiedad durante una crisis o para guiar a alguien cercano que la esté experimentando.

  • Centrar la  atención en otra tarea como por ejemplo, contar números de 3 en 3 o describir con todo lujo de detalle un objeto cercano puede ayudar a relajar el estado de nerviosismo.
  • Controlar la respiración, intentar tomar aire por la nariz de manera lenta hasta llenar los pulmones, mantenerlo unos 3 segundos y expulsarlo lentamente por la boca, puede ayudar a calmar la respiración agitada.
  • Sentarse en un lugar tranquilo con pocos estímulos visuales y cerrar los ojos puede ayudar a fomentar la relajación.
  • Otorgar menos importancia a los síntomas. Es recomendable pensar que la situación que se está experimentando es momentánea, que un rato remitirá.
  • Recordar lugares que te hacen sentir bien, momentos, sensaciones positivas. Todos estos estímulos pueden atenuar la sensación de ansiedad.

 

CÓMO CONTROLAR LA ANSIEDAD EN EL DÍA A DÍA

Una vez que ya conoces qué es la ansiedad, los tipos que existen y los síntomas que la caracterizan, es momento de tomar acción. Esto no siempre es posible hacerlo de manera individual, en ocasiones necesitamos ayuda familiar y profesional para poder abordar su sintomatología y conseguir relajarnos.

Siempre habrá situaciones que se escapan de nuestro control y es preferible centrarnos en las que no, como tu actitud hacia las dificultades. Si estás atravesando un momento psicológico complicado y la ansiedad ha tomado el control de tu vida, te recomendamos algunas actividades que pueden ayudarte a regular los niveles de ansiedad y estrés. ¡Toma nota!

  • Compartir cómo nos sentimos con nuestro círculo social más cercano y realizar actividades sociales que aporten bienestar emocional. Relacionarse con otras personas es altamente beneficioso ya que suponen una vía de escape para los momentos de gran estrés y ansiedad, además, compartir las emociones mediante el diálogo ayuda a reconocer los problemas y poder afrontarlos de una manera más optimista. 
  • Practicar hobbies creativos que no anestesien cómo nos sentimos. Existen diversas actividades creativas que pueden ayudar a expresar las emociones y liberar la sensación de estrés como; pintar, escribir, esculpir, tocar algún instrumento, cantar… La creatividad es terapéutica y ayuda a disminuir los niveles de estrés y ansiedad. 
  • Intentar no controlarlo todo, preocuparnos antes de tiempo incrementa los niveles de estrés y ansiedad en el organismo, produciendo un gran bloqueo que paraliza ante el miedo.  Debemos comprender que no podemos controlarlo todo y tampoco debemos antecedernos a situaciones que aún no han ocurrido, ya que estos pensamientos causan mucho malestar emocional.
  • Escribir puede ayudar a priorizar. En ocasiones la ansiedad está relacionada con múltiples factores, pero cuando pasas al papel las preocupaciones puedes ser más analítico y priorizar aquellas que necesiten mayor control estableciendo soluciones para atajarlas.
  • No es recomendable evitar las situaciones que provocan ansiedad, lo mejor es enfrentarse a ellas. Cuando se evita una situación nunca se termina de hacerla frente consiguiendo el efecto contrario, incrementar los miedos en lugar de superarlos.
  • Autoconocimiento como meta, conocerse más e identificar los puntos fuertes. Diversos estudios de la universidad de Harvard revelan que utilizar tus fortalezas en el día a día, incide directamente en tu salud mental produciendo mayor sensación de bienestar.
  • Practicar la autocompasión, debes ser más comprensivo contigo mismo. Cómo te hablas a ti mismo influye en tu estado de ánimo, debes hablarte con cariño y no te exigirte más de la cuenta.

Cuando estás atravesando un momento emocional complejo es normal sentir que no tienes tantas ganas de hacer planes, debes escucharte, pero también es importante hacer cosas que te gusten, ya que ocupar la mente con actividades motivadoras aportará una gran sensación de bienestar generando dopamina.

Por último, queremos recordar que pedir ayuda es fundamental. Si detectas en alguien de tu entorno o en ti mismo estos síntomas, pedir ayuda a un profesional es la mejor manera de hacer frente a la ansiedad y controlar sus síntomas. 

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